La primera cervecera de Europa ha transformado el proceso de toma de decisiones, fijando indicadores de medición que afectan al bonus de la plantilla.
La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para Heineken y un elemento para mejorar su competitividad. El fabricante de marcas como Cruzcampo, El Águila y Amstel ha introducido indicadores de sostenibilidad en el cuadro de mando de la compañía y evalúa sus inversiones en función de criterios sociales y ambientales.
Dentro de este proceso, ha transformado el modelo de gobierno, con una mayor implicación del comité ejecutivo en la supervisión de los proyectos sostenibles y de los mandos intermedios. Cada área de la filial española tiene asignados objetivos de los que depende el bonus, una bonificación introducida el año pasado dentro del plan de sostenibilidad que reciben más de 400 de los 1.800 empleados y que supone un aumento de entre el 5% y el 40% del salario.
Departamentos
Así, el departamento de producción se centra en reducir el impacto en el medio ambiente de las cuatro fábricas (Sevilla, Jaén, Madrid y Valencia); en el área de marketing, para que los envases y embalajes sean cada vez más sostenibles y las acciones fomenten el consumo responsable de las marcas y campañas en hostelería; la de compras, de que la cadena de suministro suscriba los parámetros verdes del grupo; y de las finanzas, para valorar la sostenibilidad de cada nueva inversión que efectúa la compañía.
Heineken España ha adaptado el plan de sostenibilidad global de la multinacional, pero con iniciativas y proyectos locales, llevando las buenas prácticas a toda la cadena de valor (fábricas, proveedores, empleados). Las iniciativas se centran en cinco áreas, unificando dos de las seis contempladas por la matriz: cuidado del medio ambiente, responsabilidad de la cadena de suministro, personas, consumo responsable y compromiso con la sociedad.
El capítulo medioambiental se centra fundamentalmente en la iniciativa Cervecero verde. La filial española, que a partir de este año calculará su huella de carbono, redujo en 2010 un 1,9% las emisiones directas de dióxido de carbono (CO2) y las indirectas, un 17,2%. El recorte en el gasto de energía eléctrica fue del 1%, aunque en la factoría de Sevilla, (considerada la más sostenible de la industria cervecera europea y ejemplo para todas las plantas del grupo), la rebaja fue del 6,6%.
Eficiencia energética
Se ha reducido, asimismo, un 6,3% el uso del agua en la cadena de producción. En los últimos años, el grupo ha pasado de un consumo de seis litros de agua por cada uno de cerveza a cerca de 4,2 litros.
La eficiencia energética se traslada a la comercialización y a la logística. Heineken anunció que todos los establecimientos de hostelería que sirven sus marcas contarían con un sistema de refrigeración que permite un ahorro energético de entre el 35% y el 50%. En el último trimestre de 2010, instaló novecientas de estas neveras eficientes en sustitución de los antiguos equipos. En el transporte, introdujo medidas para optimizar el transporte de la mercancía, logrando maximizar la ocupación de los vehículos y minimizar las emisiones de CO2, reduciendo un 7% las toneladas emitidas a la atmósfera en 2010.
Las iniciativas se extienden a los proveedores. Heineken España cuenta con más de dos mil suministradores, el 93,5% españoles, a los que exige integrar la sostenibilidad en su actividad y las normas legales, sociales y ambientales. Entre los cambios, la inclusión de un nuevo principio relacionado con los parámetros medioambientales y mayor énfasis en el cumplimiento de estándares internacionales como la OIT y la Declaración Universal de Derechos Humanos.
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