La publicación de la carta de dimisión de un alto directivo de Goldman Sachs en el periódico New York Times, en la que dice ponerle “enfermo cómo se habla de timar a los clientes” por parte de compañeros de trabajo, ha provocado la “tormenta perfecta” desde el punto de vista reputacional y de perdida de confianza para la compañía.
Esta pérdida de confianza viene porque se ha dañado uno de los vectores más importantes en la construcción de la misma como es la integridad, según han manifestado Fernando Prado, director de Reputation Institute en España, y Nicolas Prat, Executive Parter de dicha entidad, a Servimedia.
En un momento como el actual, en el que venimos de la quiebra de Lehman Brothers, el papel que jugaron las entidades financieras en la generación de la crisis y los problemas existentes con los altos niveles de retribución de los directivos, la carta del directivo de Golman Sachs destaca por su grado de credibilidad.
En el ecosistema de interrelaciones de los distintos grupos de interés estas declaraciones “tienen una gran credibilidad, puesto que son de un alto directivo” de la compañía, que hace incidencia en como perciben estos grupos dos elementos como son la gestión ética y la propia gestión del negocio. “Algo fundamental para estas entidades”, asegura Pardo.
Por esta razón, tendrá una incidencia alta en otros grupos de interés como pueden ser los inversores, los reguladores, los clientes y la captación y retención del talento por parte del banco, informa Servimedia.
Además, por lo anteriormente expuesto, también puede producirse un efecto ventilador en cuanto a la percepción que de las entidades financieras tiene la sociedad.
Estos expertos han destacado la importancia de la diferencia existente entre realidad y percepción. “Una mala realidad tarde o temprano se conoce. Cuando se parte de una alta reputación y se va conociendo cual es la realidad, la caída de la reputación es más fuerte”. “La reputación son percepciones que se basa en una adecuada gestión de la realidad, y si no se hace estamos hablando de greenwashing”.
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