Últimamente se escucha un término que –me atrevo a arriesgar- escucharemos cada vez con más fuerza en los próximos tiempos. Se trata de la expresión Responsabilidad Social 2.0, un concepto aún en construcción pero que, como señala el título, ha venido para quedarse.
¿Qué es en definitiva la RSE 2.0? Nuestro amigo Fernando Legrand, creador del blog RSE Online y activo promotor de la RSE por múltiples canales, define el término con exactitud: “Se entiende por Responsabilidad Social 2.0 (RSE 2.0) a la gestión comunicacional de la empresa que busca encauzar una relación fluida con sus grupos de interés (stakeholders) a partir de una actitud inclusiva que construya colaboratividad, consenso, e ideas para contribuir a afianzar la RSE en el ADN de la organización y mejorar las relaciones de la empresa con la sociedad, su aporte al desarrollo económico, cultural y medioambiental”.
Como bien señala Fernando en un completo artículo cuya lectura recomendamos, a fin de cuentas el término RSE 2.0 alude a una nueva forma de relacionamiento de la empresa con sus múltiples y diversos públicos de interés, donde la sustentabilidad sea un eje de acción y planificación transversal a toda la organización; y donde la RSE pase a convertirse un verdadero modelo de gestión, central, enraizado en la propia estrategia de la compañía.
Sólo para reforzar, reitero algunas de las palabras clave que aparecen en la definición: colaboración, consenso, e ideas para afianzar la RSE en el ADN de la empresa. De arranque, entonces, la RSE 2.0 presupone una actitud relacional, comunicacional y de interacción completamente diferente de la impuesta en la mayoría de las empresas actualmente.
Tener vocación colaborativa, de diálogo, para establecer y afianzar consensos con mis “stakeholders”; de apertura a nuevas ideas y formas de gestionar el negocio que privilegien ante todo la sustentabilidad; no es algo que se construya de la noche a la mañana. Para muchas firmas, supondrá una verdadera revolución interna.
En este proceso de conversación / escucha / relacionamiento / planificación / gestión que supone la RSE 2.0, las redes sociales cumplen y cumplirán un rol trascendental. Primero, constituyen un medio económico, de fácil acceso y altamente efectivo para la comunicación de la RSE. Pero además permiten la interactividad con los públicos, conversar con ellos y practicar la escucha inteligente de sus intereses y necesidades.
Mientras muchas empresas todavía dudan su participación en los Social Media como Twitter, Facebook, Linkedin, o Youtube, por mencionar sólo algunas, hace rato que sus clientes, consumidores, empleados, y la comunidad han abrazado esta nueva forma de comunicación e interacción y participan en conversaciones dentro de las redes sociales, entornos cada vez más fuera del dominio empresarial en la medida en que no se diseñe un estrategia concreta para abordar la presencia de “la empresa” en dichas redes de conversación y conocimiento.
Los expertos en el tema anticipan que, en los próximos cinco años, las redes sociales se consolidarán en muchos más ámbitos a nivel corporativo. En un artículo publicado por Eduempresas.com, Martín Durán indica que “las futuras tendencias, que se podrán materializar entre 2011 y 2015, harán que las redes terminen siendo parte de la dinámica comunicacional interna y externa de las empresas”, evolucionando hacia el establecimiento de redes sociales dinámicas corporativas.
No podemos estar más de acuerdo con estos postulados. De allí la sugerencia de que las empresas empiecen cuanto antes a adoptar esta nueva forma de entender, gestionar y comunicar la Responsabilidad Social, reforzando su presencia comunicacional en el complejo entramado de herramientas, aplicaciones y servicios que ofrecen las nuevas redes sociales.
Según nuestra óptica, empezar a comunicar y gestionar la RSE desde una mirada 2.0 será vital en pos de generar mayor co-evolución del tejido social, contribuyendo a que muchos más ciudadanos entiendan su necesaria co-responsabilidad en los procesos de construcción de sociedades justas y responsables. No es una cuestión de tamaño, rubro o sector productivo. Tampoco los costos pueden, en este caso, resultar una excusa.
Bienvenidos, entonces, al universo 2.0 de la Responsabilidad Social. Abracémoslo, aceptémoslo y aprovechémoslo para edificar un mundo mejor.
Alejandro Roca
Director Área Comunicaciones
IARSE
aroca@iarse.org
www.iarse.org
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