10 junio, 2011

Hoy me gustó... Hacia un uso más sustentable del agua: la huella hídrica


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Para medir el impacto en las reservas de agua que tiene el consumo en el ambiente a nivel mundial, se creó la Huella Hídrica, un instrumento que permite calcular el volumen total de agua dulce usada para producir los bienes y servicios consumidos por las personas, empresas y los países. 

La Huella Hídrica se expresa por lo general en términos de volumen de agua utilizada por año y se define como “el volumen de agua necesaria para la producción de los productos y servicios consumidos por los habitantes de los mismos”. 

“El interés por la huella hídrica se origina en el reconocimiento de que los impactos humanos en los sistemas hídricos pueden estar relacionados, en última instancia, con el consumo humano, y que temas como la escasez o contaminación del agua pueden ser mejor entendidos y gestionados considerando la producción y cadenas de distribución en su totalidad”, explica el catedrático Arjen Hoekstra, creador del concepto y director científico de la “Red de la Huella Hídrica”.
 
A diferencia de la globalizada “Huella de Carbono”, que mide la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera por personas, productos o empresas; el consumo hídrico no es fácil de informar ni de comparar, pues tiene una dinámica compleja y un impacto eminentemente local. La Huella Hídrica se registra por el uso doméstico de los recursos hídricos y la utilización de agua procedente del extranjero. Incluye tanto el agua superficial como la subterránea, sin olvidar el uso de la humedad del suelo para fines agrícolas.           

Por lo tanto, para calcular la Huella Hídrica de los países se toman en cuenta varios factores: el volumen total del consumo (nivel de riqueza del país); los patrones de consumo de agua (un país que consuma mucha carne tendrá mayor huella que un país con tendencia a no comer carne, así como un país que consuma más productos manufacturados industrialmente tendrá una mayor huella hídrica que aquellos que no). El clima también es relevante, porque en regiones más calurosas, donde el agua se evapora más rápido, se necesita mayor cantidad de este recurso para los cultivos.       

Otro aspecto a tener en cuenta para realizar el cálculo son las “tres huellas”: la verde, que corresponde al aporte de las precipitaciones (agua de lluvia); la azul, referida a las captaciones de aguas superficiales y subterráneas (agua superficial o de pozo que se utiliza para regar); y la gris, que incluye la contaminación generada en el proceso productivo (agua contaminada).

Según el Director Ejecutivo de la Red de la Huella Hídrica, Ruth Mathews, “la norma nos ayudará a todos a saber más acerca de cuánta agua utilizamos, de dónde viene y cómo cada uno de nosotros puede tomar medidas para hacer que nuestra huella hídrica sea sostenible, para garantizar que los pueblos del mundo y los ecosistemas naturales tengan el agua dulce necesaria para prosperar en el futuro”. 

Las empresas en la medición del agua


El Water Resources Group, un grupo reconocido a nivel internacional, constituido por organizaciones tanto privadas como públicas de New York, se refiere a la escasez de agua como “un creciente riesgo empresarial, una amenaza económica mayor que no puede ser ignorada y una prioridad global que afecta al bienestar humano”.

En este contexto, y asumiendo el desafío que tienen por delante respecto a este tema, representantes de unas 100 compañías –entre ellas Nike, PepsiCo, Levi’s Strauss & Co y Starbucks- han tomado la iniciativa de reunirse para debatir el cálculo y la reducción de huellas hídricas por parte de sus corporaciones. Éstas y otras entidades empresarias, junto a una coalición de científicos y agencias de desarrollo, lanzaron la Water Foodprint Network, una agencia internacional sin fines de lucro que ayuda a las empresas y a los gobiernos a medir y gestionar sus huellas de uso de agua. 

La importancia de la huella hídrica es tal, que la organización CDP Water Disclosure ha solicitado a más de 300 grandes empresas que notifiquen acerca del uso del agua que llevan a cabo en sus actividades. Instituciones como el Grupo Allianz, CalSTRS, HSBC, ING, Grupo Financiero Mitsubishi UFJ (MUFG) y el Banco Nacional de Australia, han firmado la solicitud de información, que solicita a las empresas datos sobre medición e información de usos y gestión del agua, los riesgos y oportunidades asociadas a sus propias operaciones y su cadena de suministro, así como sus planes de mejora en la gestión y objetivos.

En América Latina estas iniciativas comienzan a ser visualizadas con mayor frecuencia por parte del sector privado. Un ejemplo de ello es la viña Concha y Toro que comenzará a medir este año en Chile la huella del agua en sus procesos productivos, transformándose así en la primera vitivinícola en el mundo que medirá el recurso hídrico para poder desarrollar en el futuro acciones que contribuyan a disminuir el impacto en el medioambiente.

Para llevar a cabo la iniciativa, la empresa trabajará en conjunto con Fundación Chile y Water Footprint Network por un período de seis a ocho meses, tiempo estimado que demorará en tener la primera medición en sus procesos agrícolas, vinificación, bodega y embotellado.

Vamos a hacer las mediciones para sacar nuestras conclusiones y poder definir proyectos para poder bajar y administrar bien este recurso”, dijo Giancarlo Bianchetti, gerente de desarrollo sustentable de la viña. El ejecutivo agregó que es un proyecto a largo plazo y que espera sea un aporte a la industria nacional e internacional.
 
¿Querés saber cuál es tu huella hídrica? Hace click aquí.
 
Abogada María Carolina Ulla
IARSE
mculla@iarse.org

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